Es esta época que estamos viviendo todos tan dura, las familias y negocios que lo vemos como simples números, recordamos, más si cabe, cual es nuestra función en la sociedad como empresa de transporte y logística. Afianzamos más nuestra filosofía de logística-persona.
No importa si es transporte de material aeronáutico, piezas de construcción, maquinaria, alimentación, papel u olivos o una pieza de museo. El foco siempre es el mismo. El foco son las personas.
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Nuestros clientes son empresas, nosotros a su vez somos clientes de proveedores que son empresas, vamos por carreteras que unen ciudades, planificamos los viajes y los transportes por puentes, túneles, ferrys. Tenemos que pensar en las diferentes normas (incluso sentidos) de circulación según los países, burocracias administrativas que quitan el sueño (literalmente muchas veces) y no hablemos de las dificultades administrativas añadidas de cualquier negocio.
Pero hay siempre una variable fija en todo ello y son personas.
Clientes y proveedores con sus inquietudes personales que hacen que trabajen muy duro para conseguir sus objetivos, que a su vez tienen trabajadores con también sus necesidades, anhelos, ambiciones y familias. Nuestros propios trabajadores que confían en nuestra gestión para sacar adelante el negocio, que también es parte de él/ella. Incluso los vecinos por donde pasamos reciben un impacto por nuestra presencia (visual, sonoro, o de charla en los descansos. Tenemos muchas anécdotas preciosas sobre ello).
Imagen cedida por Arteruta
Las «cosas» que transportamos, todas, van a ser finalmente usadas por alguien, da lo mismo lo que sea. Nosotros somos simples pasos intermedios. Para la mayoría de los destinatarios finales de nuestro transporte no existimos, o somos invisibles en empresas como la nuestra que transportamos al por mayor. A los logísticos de «la última milla», por lo menos, les ven y tratan con ellos (y con el auge en ecommerce más todavía). Y, sin embargo, francamente, esa parte es algo bonito de nuestro trabajo. No lo vemos como que no nos valoran, aunque así sea a veces, pero ese es otro tema.
Porque para nosotros lo esencial, es que todo llegue a su sitio adecuado, en el momento adecuado y de la forma adecuada para que primero nuestro cliente esté satisfecho, que a su vez el cliente de nuestro cliente reciba lo que quiere, nuestro proveedor pueda seguir teniéndonos de cliente. La cantidad de uniones e interrelaciones entre todo ello es infinita. Pero no son hilos de materia eterea unidos por puntos luminosos. Detrás de todo ello siempre está lo mismo.
LOGÍSTICA-PERSONA. FILOSOFÍA DE EMPRESA
A veces se olvida. Pensamos que todo negocio debería tener el foco en la sociedad y en aportar lo posible a la misma. Creemos que si todos hicieran lo mismo, sin tenerlo como objetivo económico forzado, incluso mejoraría la productividad de todo el mundo.
Por lo menos nosotros, en cada acción, transporte y viaje, contratación, llamada de teléfono, estudio de rutas, en cada momento tenemos puesto el foco sobre ello. Es nuestra filosofía de logística-persona y creemos que con ella, nada puede fallar.”